domingo, 11 de noviembre de 2018

Capitulo 1- La paradoja del todo/nada (Despersonalización)

Nuestra idea era kedarnos una semana en Delhi. Pero al día tres shegamos a la conclusión de que resistir cuatro días más por voluntad propia en la ciudad del cólera era una sutil forma de suicidio.

Durante nuestra breve estadía en Delhi fuimos a seiscientos ochenta y nueve templos, vimos ochocientas cuarenta y cinco vacas cashejeras, nos tomamos mil kinientos setenta y ocho tuctuc’s, comimos ocho mishones novecientos cuarenta y tres mil, doscientos treinta y ocho granos de arroz y jugamos UN picadito.

Nuestros couchsurfers consideraron que sería wena idea invitar a lxs argentinxs a jugar a la pelota. Aunke no somos muy amigxs del futbol nos pareció una linda manera de compartir, por lo que accedimos contentxs.

Al shegar a la cancha notamos que estaba cubierta de mandalas y lucecitas navideñas. En Diwali no solo suelen ametrashar el cielo con toneladas de fuegos artificiales, sino que también suelen colgar luces de todos los edificios y hacer competencias de mandalas en espacios públicos.




Al día siguiente la ciudad amanece invadida de miles de colores pujantes que luchan para hacerse ver a través de la niebla residual de los proshectiles lanzados la noche anterior.

Jugamos el tiempo que nuestros pulmones nos lo permitieron, ocho minutos, y luego optamos por ir al banco de suplentes mientras veíamos a los pibes jugar a la bocha rodeados por esa neblina toxica de la muerte. 




Pensé que habiendo pasado unos días del Diwali, el halo gris de smog iba a disiparse, pero nada más lejano de la verdad, lamentablemente era algo permanente. Ardían los ojos por las cashes y la gente andaba con barbijos. Realmente sentía que por cada día que pasara ashí perdería un año de vida.



Si el capitalismo fuese una mansión, India seria el baldío del otro lado de la medianera. El gran receptor de escombros y residuos de las constantes ampliaciones de su vecino.

Hay tanta pobreza, tanta gente, tantos animales, tantos dioses, tanta comida, tantos templos, tanta basura, tantos vehículos, hay tanto de todo, que todo vale nada.

Es como si alguno de sus tantos dioses hubiese optado como castigo a su población el método de la huelga nipona. Vasha uno a saber que pecado terrible habrán cometido les hindúes para merecer semejante expiación. Pero lo cierto es que después de la sobreproducción de seres, cosas y estímulos, el concepto de “valor” en la India desapareció.

He shamado a este particular fenómeno “La paradoja del todo/nada”.

Dicho fenómeno tiene varios efectos en la población hindú. Pero en el cual me adentraré es en el entumecimiento de los cinco sentidos.


  1. El oido asediado por bocinas. Hay veces que he shegado a pensar que confunden la bocina con el acelerador. Ir por la cashe es como el despertar de una noche de excesos. Un fuerte y constante PIIIIIIIIIIIIIIIIIIII taladra la medula en todo momento y hace que sea imposible por momentos no gritar “¡¡BAASSTAAA!!” a los cuatro vientos. Pero eshos parecen no notarlo. La “paradoja del todo/nada” tiene su primer efecto aki. La cashe atiborrada de un ruido atroz que pareciera no exxxistir.

  2. La vista no tiene descanso tampoco. A donde kiera que viera había cosas, carteles, templos, vehículos y productos!! Hay tanta oferta de productos que no hay demanda capaz de valorizarlos. A veces venden todo a precios ridículamente bajos, o incluso lo regalan. Como si kisieran que las cosas circulen para que no se estanquen en sus manos y puedan dejar de verlas por un rato.


  3. El olfato. Hay tantas partículas de curry, chai, chilly, jengibre, mierda, incienso, humo, pis, basura y zoológico circulando por el aire metiéndose en las narices, que uno no puede evitar pasar del estornudo, a la tos y a la arcada en un trashecto de 3 cuadras. No obstante… eso no los detiene a seguir poniendo palitos de incienso en todos los negocios generando más embotamiento sensorial.


  4. El gusto, ¡Oh el pobre gusto! Todos los sabores están contaminados por el PICANTE. Ni el desashuno se salva. La “paradoja del todo/nada” tiene aki su punto más nocivo para el disfrute diario, TODO es tan picante que sha NADA les pica. A este asunto se le sumaba el hecho de que las bacterias que pululaban India eran muy distintas a las que nuestra flora intestinal conocía y amaba, por lo que concluimos que muy probablemente, en un futuro no muy lejano, orináramos por el ano. Había una frase que describía este fenómeno, "Arde al entrar, arde al salir".


  5. El tacto, el efecto más peligroso de todos. Hay tantos seres vivos en constante contacto que han perdido el tacto en el trato con el otre. No sé exxxactamente cuál es el flash… pero por momentos uno se siente como un títere que está a merced de sus caprichos. He aki una serie de típicas situaciones que ilustraran mejor el quinto punto.
A. Vendedores impidiéndonos la salida de su negocio ofreciendo rebajas y más rebajas a los gritos. Generando una pseudo escena de celos acusándonos de que íbamos a ir a comprarle a otro. Y finalmente conclushendo en una hermosa serenata de insultos.

B. Múltiples transeúntes asaltándonos por sorpresa con un celular en la cara obligándonos a sonreír para una selfie. Los locos no se rinden hasta conseguir esa sonrisa que atestigüe, ante miles de otros envidiosos hindúes virtuales, la compañía amigable de occidentales.
Nada los detiene a la hora de conseguir una faquin
selfie, a saber:

          I.   Nos han shegado a despertar de una siesta en una plaza para sacarse una foto.

         II.   En otra ocasión un chabón nos siguió por un atractivo turístico siendo literalmente nuestra sombra durante media hora. Tan de cerca nos seguía que en un momento terminó entrando conmigo al baño.
Mientras trataba de concentrarm
e en que la pichila largara el chorrito de pis en un mingitorio, el tipo meaba en el de al lado y me escudriñaba con una curiosidad casi científica… Hasta que un sonido finalmente brotó de su boca
<AAAAAH!> Grité liberando toda la tensión y el miedo que había estado acumulando por la última media hora. <CAN AI TEIK E PIKCHER GÜID IOR FREND?>
Me preguntó sonriente.
Es decir que el tipo nos había estado siguiendo durante media hora para poder tener un momento a solas CONMIGO para PEDIRME A MI si se podía sacar una foto con MANON!

        III.   En otra terrible ocasión estábamos algo perdidos por la cashe hasta que un loco se nos acercó y se ofreció amablemente a shevarnos en su moto.
Todo muy lindo hasta que en un momento se le ocurrió que sería una buena idea shevarle, a su amigo que cumplía años, un lindo obsekio. Dos occidentales que recién había cazado por la cashe.
No le importó que no kisieramos ir al cumpleaños, que sho me sintiera mal y que le pidiéramos en reiteradas ocasiones que nos bajara de la moto. El tipo jamás aminoro la marcha y no se detuvo hasta shegar a la casa del cumpleañero. Solo habiendo cumplimentado la ley y habiéndonos tomado las selfies reglamentarias nos pudo shevar a nuestro hogar.

C. Sujetos que nos abordan en la vía pública, celular en mano, para que podamos tener una entretenida videoshamada con gente de algún excéntrico paraje remoto de la geografía hindú. Teniendo charlas que pueden ir desde JELOU hasta JAU AR IU pasando por Messi o Maradona, mientras uno es penetrado por la mirada constantemente sonriente de un hindividuo.


Lo peligroso de estos aparentemente inocentes e inocuos comportamientos es el no registro del consentimiento ajeno. Nuestras reacciones cortantes o nuestros amables “NO PLIZ” parecen no surtir efecto en lo más mínimo. Cual niños encaprichados siguen empedernidos en su empresa, sea cual fuere, hasta lograrla.

Es esta constante invasión desmesurada la que termina dando la sensación de que los deseos, las necesidades, la privacidad y básicamente todo lo que atañe al otre valga absolutamente nada. Y si el otre vale nada… pues la V
IDA NISMAN vale nada... ergo todo = nada.

Después de todas estas exxxperiencias tres días se sentían como toda una vida... sha empezaba a tener secuelas de vivir en Delhi, me veía al espejo y notaba más arrugas, me bañaba y notaba mas pelos tapando el desagüe, escribía y notaba que mi pulso generaba un efecto de electrocardiograma en el papel.

Pero no todas las secuelas eran físicas, había un notorio aumento en mi ansiedad, una complejización y un mashor enroscamiento de mis pensamientos neuróticos y algo más que no podría detashar con precisión, pero que empezaba a coptar gran parte de mis neuronas.

Si tuviera que ponerlo en palabras sería como si de repente hubiera dejado de ser el CEO de Pote S.A. y una cooperativa hubiera tomado el control. Como si viviera atrapado en un "Elige tu propia aventura", en donde mi participación en la toma de decisiones pasó de ser total a esporádica. Tenía la leve sensación de ver la realidad a través de una pantasha, como si estuviera encerrado en mi cerebro viendo la película interactiva de mi vida...

OOOHH PERO CUANTA EMOCIÓN ESTIMADE LECTOR, CUANTO MISTERIO, QUE EXCITANTE TRAVESÍA POR LOS DISTINTOS PLANOS DE LA REALIDAD! ¿NO?... ¿EH? ¿QUÉ LE PARECE?... ¿SI?... EY... HOLA... ALOOOO...

1 comentario:

  1. Sin demérito ninguno, porque el mero relato de hechos vale y mucho, estas irreflexiones, avaladas por la anécdota, me resultaron de sumo interés. Y qué se habrán hecho todas esas selfies... ¿Sequirán almacenadas en los celulares? ¿Ya habrán pasado a formar parte de todo/a trash que acumulan los teléfonos? ¿Seguirán el curso hindú del todo es nada? ¡Seguí publicando lo que tus sentidos y su cabeza atesoran! Me encanta todo esto. Ahhhh, besos y abrazos, yerno lindo...

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